Ahora que asistimos a una nueva ola de renacimiento fascista en toda Europa, y cuando toda la Unión Europea apoya sin fisuras el golpe de estado de las fuerzas neonazis en Ucrania, es siempre un soplo de esperanza que los trabajadores de cualquier nacionalidad (al fin y al cabo, la idea de nación no es más que una trampa para la clase obrera) organicen la resistencia.
Así sucede en las nuevas repúblicas populares que surgen como hongos en toda Ucrania, rebelándose por la imposición de un gobierno de los sanguinarios sucesores de Stepan Bandera, fiel aliado de los nazis en la Segunda Guerra Mundial, tal y como el actual gobierno golpista de Kiev lo es de Estados Unidos y la U.E.
Así ha sucedido también en Berlín, donde grupos antifascistas han impedido a unos grupos criminales nazis manifestarse a sus anchas por la ciudad que fuera liberada por el Ejército Rojo en mayo de 1945, poniendo fin a la Segunda Guerra Mundial en Europa; en la capital que fue obligada por la agresión constante de las potencias capitalistas a levantar el muro de contención antifascista en 1961.
Por supuesto, como sucede en un estado donde las fuerzas de seguridad son simplemente la guardia privada del gran capital, la policia se puso de lado de los fascitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario