martes, 9 de julio de 2013

Detalles de la Casa Scanteii de Bucarest

Lenin y un grupo de pioneros rumanos
El edificio que fuera construido como sede del periódico del Partido Comunista de Rumania, Scanteia (La Chispa) hoy se denomina Casa Presei Libere (Casa de la Prensa Libre), en un acto de propaganda que quiere hacer creer que la prensa bajo una dictadura capitalista puede ser "libre" más allá de los intereses económicos o los caprichos privados de los propietarios de las corporaciones capitalistas que los financian para fomentar el sistema que mantiene incuesionables sus privilegios. 

El Complexul Casa Scânteii fue terminado de construir en 1957, durante la Republica Popular Rumana, en la cual el Partido Comunista había adoptado el nombre de Partidul Muncitoresc (Partido de los Trabajadores de Rumania -PMR-), y la antena que todavía hoy se mantiene fue en su día centro de emisión de la Televisión Rumana. Se trata, además, del primer edificio de Rumania construido con medidas de resistencia contra eventuales terremotos. Su arquitectura fue inspirada en otros edificios soviéticos, como el de la Universidad Lomonosov o el Hotel Leningrad en Moscú.

Entre 1952 y 1966, la Casa Scanteii figuraba en el reverso de los billetes de 100 Lei. El 21 de Abril de 1960, una enorme estatua de Lenin diseñada por el escultor Boris Caragea fue colocada frente al edificio, siendo derribada en nombre del triunfo de la clase capitalista en 1990.

Como hemos dicho el edificio se llamó Casa Presei Libere (Casa de la Prensa Libre) tras la reinstauración de la dominación de la clase capitalista sobre la trabajadora, en 1989, tras lo cual allí se instalaron gran parte de los medios de prensa contrarrevolucionarios y sostenedores de la nueva dictadura del capital, vendida como "democracia" por los medios de propaganda de la clase dominante.


A pesar de la feroz campaña anticomunista puesta en marcha por la clase explotadora tras el golpe de estado de diciembre de 1989, con vistas a evitar que jamás se vuelva a repetir la pesadilla de perder sus privilegios a manos de la clase trabajadora y de tener que verse obligados a trabajar para ganarse el pan, y que llevó a la destrucción u ocultamiento de miles de monumentos, estatuas o símbolos que recordaban la Rumania que había sido construida por obreros y campesinos, bajo la dirección del Partido Comunista, sin necesidad de la dirección de la burguesía (un estado donde el desempleo, la miseria o la falta de asistencia social o sanitaria llegaron a ser algo considerado como de ciencia ficción cuando las noticias decían que estas cosas existían en los países capitalistas), en Casa Scanteii quedan algunos detalles arquitectónicos que merecen la pena ser recordados. 

Aparte de la estructura y estética propia del edificio, en su fachada y recovecos aun se conservan algunos símbolos comunistas, (algunos motivos repetidos a lo largo del edificio), que aun no han sido borrados, como las estrellas soviéticas y el símbolo de la hoz y el martillo, y que, como sucede allá donde estos se encuentran, nos recuerdan que hay otro mundo posible sin explotación de unos hombres sobre otro hombres, en el cual los seres humanos abandonen su horrible parecido a los animales depredadores para alcanzar el objetivo más esencial de su especie: la fraternidad y la igualdad de todos sus miembros, y la justicia basada en la capacidad del uso de la razón que nos diferencia del resto de los seres vivos.

Veamos algunos de los símbolos que siguen poniendo los pelos de punta a los grandes criminales del siglo XXI, como a todos sus antecesores a lo largo de la historia:







1 comentario:

SADE dijo...

Es, sin duda, el edificio más bonito de Bucarest. Siempre me ha recordado al Escorial: la planta cuadrada, las torres en los ángulos del cuadrado, la cúpula central escurialense desplazada al centro de la fachada principal, la infinidad de ventanas (se dice que El Escorial tiene 365 ventanas, como días tiene el año; ¿cuántas tendrá la Casa de la Chispa?)...

El régimen de la explotación de la clase obrera, como para compensar la belleza del edificio, colocó dos bloques capitalistas enfrente. Algún día, cuando la razón, razón común y comunista, vuelva a las masas trabajadoras de Rumanía, habrá que echar abajo esos dos engendros repugnantes y replantar los robles y tilos que ocupaban ese lugar.

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